Roma la ciudad eterna, para mi "eternamente Roma".
Qué magnífica ciudad, cómo te engancha y envuelve entre sus callejuelas de piedra, sus cálidos tejados, sus aromas, los colores, la luz, su historia que se desborda y desparrama en cada esquina que doblas...no me canso de pasear por esta maravilla de lugar, siempre sorprende.
Uno de los hoteles que más me gusta de Roma, y donde me he alojado en varias ocasiones y también en esta última escapada, es el Hotel Albergo Ottocento.
Este pequeño y coqueto 4 estrellas, se encuentra en pleno centro de la ciudad, tan céntrico que si te asomas a la esquina de su calle, ves el obelisco de la Plaza de España a tan sólo 200 metros, está a un tiro de piedra de todo lo que hay que ver en la ciudad y paseando llegas a todos lugares emblemáticos.
El Albergo Ottocento está en un antiguo edificio de una callejuela preciosa del centro, totalmente rehabilitado, es un hotel boutique de esos en los que te hacen sentir como en casa.
Las habitaciones de estilo clásico, son súper acogedoras, la amplitud depende del tipo que elijas, ya sean estándar, suite o dúplex, todas magníficas y muy importante, están acorde a la categoría del hotel.
Las camas comodísimas, y los tejidos fantásticos.
Casi todas cuentan con un balcón, con contraventanas de madera que la hacen tan romántica...
Los baños me encantan, los materiales de gran calidad marmol, griferías de bronce, la ducha es una maravilla! y las amenities deliciosas...la limpieza es impecable.
Al ser un hotel pequeño, no tiene grandes instalaciones, pero sí rincones donde desconectar de la ciudad y descansar, como su cafetería y la terraza de la azotea, que me chifla! tiene unas vistas preciosas de los edificios de alrededor y es muy tranquila.
Los desayunos se sirven en el bar-restaurante de la planta baja, pequeño y cosi como todo el hotel, el catering es muy variado en bollería, que está para chuparse los dedos, frutas, algo de embutidos, pero no sirven platos calientes.
Eso sí, todos los alimentos muy bien presentados y de calidad excelente.
Para cenar, el restaurante es una buena opción, donde poder degustar diferentes variedades de la rica gastronomía italiana y a buen precio.
También se puede ir por negocios, cuenta con un par de salones para reuniones que son preciosos.
El personal es muy amable y siempre dispuesto a ayudar o resolver dudas a sus huéspedes, también podéis contratar desde el hotel servicios de taxi, excursiones programadas...
Espero os guste el post y os sea de utilidad la info, de verdad que recomiendo este hotel a los que pasen alguna vez por Roma; es una gozada alojarse en sus habitaciones, tranquilo, acogedor y en pleno centro, un privilegiado enclave desde donde poder pasear por sus bonitos alrededores.
Hasta la próxima! a ver si me organizo un poco, porque estoy de mudanza...otra vez! desde luego tengo un máster en mudanzas seguro, jajaja! espero que salga todo bien.
Esta vez me marcho al otro lado del charco, pero durante una larga temporada...estoy muy contenta ya os contaré.
Un abrazo a todos.